Estaremos volando alto aunque todos nacemos con alas rotas

Caminado como fantasma por las calles mojadas de esta ciudad, mis pasos al andar levantan los charcos formados en las banquetas solitarias y sucias. Las almas anónimas habitantes de los espacios llamados hogar buscan refugio donde se pueda, cualquier fachada es buen refugio para ellas, yo prefiero mojarme para descubrir si los hilos de agua que bajan de de cabeza refrescan las ideas de mi existir, andando ando importándome poco la sensación de la ropa mojada pegada a mi cuerpo, es agua al final de cuentas la misma materia de la que estoy hecho la que me mantiene vivo porqué habrá de preocuparme estar mojado.

 

Herede el hábito de caminar bajo la lluvia hundido en mis pensamientos, lidiandó con los fantasmas del pasado buscando el sentido de estar vivos. Fue precisamente en una noche de tormenta donde descubrí que la vida no tiene sentido alguno, nacemos para después morir viendo una serie mala en la televisión. Sabía que la vida no tiene sentido sin embargo lo bonito de estar vivos en que tu le das sentido a tu vida. Tú decides a donde te pueden llevar tus sueños. El pasado pasó, el futuro nunca ha de pasar lo que tengo es mi presente infinito y aprovecho lo que soy que con lluvia o sin ella estaremos volando alto aunque todos nacemos con alas rotas.

 

El cielo esta despoblado, mate a Dios con pláticas de extraños y referencias históricas. ¿Existe? un ente que decide por nosotros, será que tiene el poder de cambiar destinos.¿ Premio o castigo? si Dios está con nosotros se ha de haber distraído al pasar por un bar y se olvido de su jornada laboral cósmica, nos dejó al merced de nuestras decisiones.

Me es más fácil creer que no hacerlo si existe un Dios quisiera tomarlo de las barbas y darle un beso si su aliento no me sabe a Whiskey y tabaco duraría seriamente que fuera Dios. Invitaríamos al demonio a jugar una partida de póker mientras se habla de mujeres eso sería mi juicio final perfecto.

 

La culpa o el remordimiento son sentimientos validos en mi existir que poco tiene que ver el Demonio o Dios en ellos, pues no depende de mí la existencia de ellos por lo que tampoco les debe importar mucho a ellos lo que haga o deje de hacer. Vamos a nombrar pan al pan y vino al vino. Actuar como si no existiera un Dios o un Demonio, pero tener fe en que nos han de acompañar por nuestros pasos es la receta para dejar de convertirnos en personajes de tragedias y tomar el peso de nuestras decisiones.

 

Me pongo muy teológico cuando camino por la lluvia.

 

Es bueno tener fe, es bueno hablar con Dios pero si Dios te habla muy posiblemente eres esquizofrénico.