ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







martes, 23 de agosto de 2011

Solo los idiotas se enamoran

La casualidad del choque entre dos cometas, una locomotora en estampida cargada de dinamita, una llanta reventada en curva a 120 kilómetros por hora, un virus mortal o cualquier otra cosa descontrolada que te puedas imaginar es lo más parecido al amor.


Una locura consciente que se termina justo cuando quieres alargar su duración.

A todos nos preocupa encontrar a esa persona que cuide de ti cuando el cielo se desquebraja en pedazos. Pero la locura consciente abandona con las cuentas del día al día. El tedio de la monotonía, las tetas que deja medio ver el escote de las secretarias, la galantería de los extraños, los sueños frustrados de juventud cercenan las mariposas de arrabal cuando el hombre y la mujer son atacados por los demonios de la duda y el tedio. Divorcios, juntaditas sin hablar, chantajes sentimentales, culpa, entre otras cosas divinas, son la herencia maldita de ese sentimiento que es equiparable a comer grandes cantidades de chocolate.


Para la existencia del amor duradero, aparte de ese naco sentimiento de “sentir bonito”, le debemos agregar grandes cantidades de admiración y de respeto. Cuando estos condimentos faltan en la sopa del día no se llama amor eterno, se llama abuso de poder. Con las consecuencias ya estudiadas y medidas por los genios del psicoanálisis.

Ser testigo de víctimas sentimentales se me hace patético, provocan lastima. Para mí el provocar o sentir lástima se me hace la cosa más asquerosa que me puede pasar. Y ahí los ves con ganas de darse un tiro porque su chica los ha dejado, o porque el noviete se le ha ocurrido dejarla por otra más fea. Las víctimas del amor terminan haciéndose viejas frente al televisor.

Claro que es bonito sentir bonito, esas cosquillitas del tacto, recibir detallitos de cariño siempre serán bien recibidos. El problema es el precio que hay que pagar por sentir bonito, por lo tanto veo una necesidad imperante en la sociedad de tener inteligencia emocional.

No depender de sentirme querido, para que mi vida sea buena o mejor dicho para que vida sea lo que yo quiero que sea. Moverse ciegamente por el amor sin estudiar las consecuencias de los actos es un acto estrictamente estúpido, porque si la cosa no pintó bien nos hacemos víctimas o victimarios, esta condición ya nos da el derecho de molestar las noches de Whiskey hablando de la que se fue o del idiota del ex.

Hay que saber esconder las heridas y reírnos de nosotros mismos ya que cuando estas enamorado estas apendejado.

Y mientras yo ando de pendejito, que se funda el mundo con sus problemas ¿Qué no?. Ya tendré noches y amigos que atormentar con el saborcito del desamor y la autoestima dolida.


Se despide este tan de usted y de nadie.











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